Despedida por ser sexy

Esta semana Debrahlee Lorenzana ha saltado a la fama por haber denunciado su despido improcedente ¿La falta cometida? Ser demasiado sexy para el puesto que ocupaba en Citibank. Al parecer, su físico bien dotado de curvas distraía a sus compañeros, y por ello sus jefes la amonestaron con el fín de que hiciese cambios en su atuendo, que al no verse efectuados terminaron con su rescisión. Escuchémosla:

Bien, surgen algunos interrogantes:

¿Cómo se mide el grado sexy de una prenda? ¿Por los centímetros de más o de menos que tenga, o por cómo le quede a la persona que lo porte? Porque una falda recta no le queda igual a todas las mujeres, ni un traje a todos los hombres.

¿Cómo podía esta puertorriqueña exuberante por naturaleza solucionar su problema de vestimenta? ¿Poniéndose un burka, o quizás el poncho de Demis Roussos? Probablemente hasta esto último le quedase bien…

¿Es posible que creamos que una mujer con semejante físico no pega trabajando en un banco? ¿Acaso la situamos en algún puesto donde saque más partido a su físico que a su cabeza? (Y las mujeres podemos ser nuestras peores enemigas, que la envidia es muy mala…)

¿No tendrán la culpa sus compañeros por mirarla demasiado?

Me pongo en su pellejo y siento indignación y lástima. ¿Qué opináis vosotras?

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